Por otra parte, mi madre me ha obligado a hacer ``limpieza de papeles´´. Esto significa más o menos desprenderse de folios, partituras, y por lo general, bastantes recuerdos. Odio hacerlo, sobre todo porque me cuesta mucho. Si no lo hago, mi madre aprovechará mi viaje a Granada o Francia, para tirarme todo, sin previa selección, como hizo hace 2 años. Todavía no se lo he perdonado. Ahora tengo una caja de pastas francesas del Mont Saint-Michelle, donde guardo lo más importante.
También tenemos mi extraña obsesión por una canción, de un anuncio. Tras haber logrado coger el ordenador, he buscado, y bueno, aquí está el resultado. No me puede gustar más.
Maldigamos pues, a las larvas de mosca, a la palabra miriñaque, a los exámenes de Marcos, y el sentimiento de añoranza de las canciones celtas.
Necesito volver a Edimburgo.
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