jueves, 24 de noviembre de 2011

.

Salir de clase de biología llorando porque tu profesora te haya dicho que la fidelidad y la monogamía son cosas totalmente antinaturales, hace que te sientas muy estúpido.

jueves, 17 de noviembre de 2011

martes, 8 de noviembre de 2011

Situación actual:

Tengo exámen en 40 minutos, de 2 temas de historia. Parece poco, y en realidad lo es. Pero debido a mi escasez de tiempo, llevo sólo preparado un tema. Bueno, casi un tema. Y total, me voy a arriesgar a todo o nada, y claro, en lugar de estudiar aquí estoy escuchando música y comiéndome las uñas. No, no suelo comérmelas pero estoy muy muy nervioso y lo único que hay en la cocina es Avecrem y botecitos de hierro para la anemia.

sábado, 5 de noviembre de 2011

.

Yo paso de irme a pillarme una buena, hacerme fotos, y después subirlas para que el resto de la gente vea que soy un malote de la vida, y sé emborracharme. Paso de nada más salir de clase, sacar mi cigarrito, y pasearlo por los pasillos para que vean y tengan presente que me voy arrancando pedazos de vida en forma de caladas. Paso de sonreir a quien me cae mal para aparentar ser más sociable. Paso de tener que darle la razón a alguien, por el simple hecho de que sea popular o esté bien visto. Paso de ir a la biblioteca de la universidad en autobús como la ``gente grande´´ porque en mi casita estudio mucho mejor. Paso de tener que ir cada dos por tres a comprar por tal de seguir las modas.
   Yo soy más de ponerme pantalones cortos con sudadera en invierno, de usar converse aunque hayan pasado de moda, de ir en bicicleta aunque llueva, porque esos días son los mejores para hacer fotos. No tengo réflex pero hago lo que puedo. Soy más de monte que de carretera, me encanta escalar, irme a los pueblos. No para emborracharme, sino para subir, recorrer ríos, hacer el gilipollas, vestir a alguien de chica de la curva, ponerle en un curva, y pasar un buen rato cantando, guarreando la guitarra, y haciendo, por qué no, el ridículo por la calle.

  

martes, 1 de noviembre de 2011

Laroles.

  Que ahora las cosas me van mal no es ninguna novedad,  no me crea ninguna barrera, tan sólo me hunde en mis ratos libres, los cuales, por fortuna, no abundan. Tampoco ha impedido que haya llorado de felicidad. Habría que retroceder 3 días para comprenderlo.
    Situación: Viajo en  un coche con techo de cristal, puesta de sol, nubes grises, las ventanillas de la parte delantera abiertas de par en par, un viento bastante intenso en la parte trasera, y dos compañeras de viaje. Sí, creo que fue entonces cuando decidí cortarme el pelo, y no ha salido muy bien la cosa... Y ahí, en el asiento del copiloto, una mujer con el brazo sacado por la ventanilla, mientras las serpenteantes curvas parecían querer privarnos de las vistas del este, donde un rojo intenso le quitaba protagonismo a las amenazantes nubes. Una mujer, de cuarenta y pocos años, con la música a todo volumen, haciendo juegos de manos con la luna, creciente. Creo que fui cómplice de su felicidad, miré al retrovisor izquiero, y pude ver su sonrisa maravillosa. Nunca me había imaginado a alguien de esa edad haciendo cosas tan propias que asigno a mi persona. Esa misma mujer ha recorrido muchos más kilómetros que el resto de ocupantes del coche juntos. Esa misma mujer, que víctima de su inoportuna apendicitis, había podido contemplar el interior de un hospital ruso, justo cuando se disponía a embarcarse en el Transiberiano, el sueño de su luna de miel, con un marido, que había saltado los muros del hospital de una Rusia  aún comunista. Y de fondo, con una calidad exquisita de audio, en un coche que no parecía que se estuviese moviendo, Silvio Rodriguez.
   Se me saltaron las lágrimas, y me quedé embobado, viendo la facilidad con la que esa mujer jugaba con el tiempo.