miércoles, 26 de septiembre de 2012

Querida danesa:

Tengo un problema, últimamente no veo más que gente. Gente que depende de más gente para poder existir, gente que se encierra en sí misma. Gente que no sale del terreno asfaltado, gente que deja pasar por alto las coincidencias. Sí, gente que infravalora las tonterías del día a día y sobrevalora los aspectos esenciales de sus decadentes vidas. Gente que necesita mapas, cargada de prejuicios, monótona, previsible. Tan solo necesito volver a verte, sentirte, y volver a creer en todos esos escritos, esos relatos que como un tesoro conservo y ahora me resultan demasiado difíciles de creer, sobre una persona llamada Teresa.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Nrcs

   No sé si esa ceguera es aparente, pero los comentarios y falsas expectativas derivadas  de ella, hacen que esté realmente cansado de un constante tira y afloja que no termina de resolverse, como si de un juego de críos se tratase

lunes, 10 de septiembre de 2012

+

  Hoy es un día de cambios, de transformaciones, de chocarse contra la realidad de golpe, de madurar, de crecer, de asumir, de pensar, de aceptar, de llorar.
   Hoy se supone que debe ser el peor día de mi vida, el principio de una nueva etapa, o más bien, el principio del final
    Pero gracias a ciertas personas, cinco en concreo, he podido sacar a relucir un optimismo que aún no se había manifestado en mí. Sí, y a esas personas les doy las gracias, porque hacía demasiado tiempo, bueno, seré sincero. Creo que jamás había sentido un abrazo tan cálido, o unas palabras tan sinceras.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Sandra.

     Sí, ya sé que es bastante raro en mí despegarme de mi ego, y dedicar algo de mi tiempo a alguna persona, pero considero muy oportuno escribir sobre las pocas personas que, después de tantos años siguen en el mismo lugar, con quienes el trato no ha cambiado.
      A esta pequeña rubia, la cual se quedará pequeña, muy a nuestra pesar, le han tratado, la verdad, no tan bien como se merecía. Una de sus mayores virtudes, o, defectos para mucha gente, es que suele pasar desapercibida, aunque desde luego, no es de las personas que mantienen la compostura cuando no está de acuerdo con alguien. Nos conocimos en tercero de primaria, justo cuando me salté el curso. Sí, aquel grupo formado por ocho niñas y dos niños, inseparables decíamos por aquel entonces. Todos dispersos, desde luego, con el paso de los años y las peleas, o simplemente, la pérdida de afinidad, y un cierto poder adquirido al pasar al instituto. Esa sensación de libertad, de poder dejar de lado el pasado, y poder empezar, no de cero, porque es imposible, pero sí empezar de dos, o de tres.
     Pues bien, creo que hemos estado en la misma clase un par de ocasiones sólo, y en clase somos horribles, nada más que peleas y piques, pero lo bueno, es que nunca nos queda nada de rencor. Liberamos todo, no nos reservamos las cosas. Compartimos algunas opiniones, aunque desde luego, menos de la mitad. Aunque no sea algo que salte a la vista, tenemos bastantes cosas en común, porque desde luego, si no fuera por ello, tras esas largas esperas de ``Javi, bajo en un minuto´´, le habría mandado bastante lejos hace unos cuantos años.
      Porque sí, desde luego no he conocido a persona más impuntual, pero me alegro mucho, de ver que conservo todavía a alguien desde hace tantísimo tiempo.