sábado, 17 de noviembre de 2012
Violeta
Nunca antes había visto burla semejante hacia quienes se han dejado la
piel, pasado años ensayando, practicando, reinventando la música. ¿Cómo
un vibrato tan imperfecto e improvisado, tan natural como la luz
anaranjada de la habitación, iba a capaz de erizar la piel, y evadir del
mismísimo caos? No entraba en mis posibilidades entender que alguien
ajeno a la enseñanza musical pudiera lograrlo, todo aquello en una
lengua inentendible. No en un inglés imperfecto, sino el lenguaje preciso
para conseguir los que muchos llevamos años intentando.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario